El Echo de Davidoff, según la publicidad, tiene un estilo urbano
potenciado por un conjunto de notas aromáticas sintéticas preparadas
para conseguir este efecto. Lo raro es que las notas sintéticas, de
metal y aire líquido marino, se sintieron más como hierbas aromáticas
conocidas.
Las notas de cabeza que sentí al aplicar en papel fueron muy similares a
las de una infusión de hierbas, mezcla de menta con manzanilla o cedrón
(una hierba con aroma similar al limón). A los minutos la mezcla pasó a
notas más aromáticas con estilo nocturno, algo dulce como un ámbar pero
manteniendo las notas aromáticas. En notas medias el dulzor bajó, pero
persiste la sensación aromática en la familia del tomillo y notas
verdes, con apariciones esporádicas de pimienta, nuez moscada o
cardamomo. La base es maderosa aromática, con cedro y sándalo, como
complemento a las notas aromáticas de la cabeza que todavía se sienten,
en estilo tradicional pero relajado de fin de semana.
La descripción original de las notas de esta fragancia son bastante
"artísticas", ya que dice que la nota de cabeza es "aire líquido" y las
notas medias son "metal amalgamado", buscando dar al perfume un tono
algo ozónico y con aire marino (hay maderas que dan ese efecto,
mezcladas con especies). Se siente fresco y aromático, por momentos con
una tendencia invernal y nocturna, pero el resto del tiempo es verde,
especiado y maderoso suave. Para uso de diario en verano o invierno,
sirve también para oficina. Por el lado nocturno tuvo unas notas a favor
durante un momento pero el resto del tiempo quedaron enmascaradas,
perdiendo a la larga este efecto. En mi opinión masculina pudo haber
tenido potencial romántico en las notas de cabeza, pero al olerlo mi
señora le resultó chocante... el resto del tiempo se siente como
fragancia tradicional no romántica. Rango de edad entre 30 y 50 años.
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