Esta fragancia del año 1996 marcó dos hitos dentro de la casa Azzaro: el
primero fue la aparición de una fragancia masculina después de una
pausa relativamente larga (Azzaro clásico era del 1978 y Acteur, de
presencia más discreta en el mercado y poco conocido, era de finales de
los 80), y segundo el quiebre de una tendencia clásica en favor de un
aroma fresco levemente sintético que despertó seguidores de otras casas
perfumistas en lo que se popularizó como la familia aromática "ozónica".
Entre las notas destacadas en el frasco del tester se mencionaban sólo
4: bergamota, hedione (un sintético acentuador de los aromas), mate y
musk.
En partida la fragancia se siente como una mezcla entre
cítricos ligeros con puntos florales acuáticos, cercano a una nota
aromática usada en colonias clásicas y perfumería tradicional y que está
entre cáscara de un pomelo amargo, nerolí y petit grain, pero con
tendencia a estar solapado bajo una gran capa aromática incierta y poco
común en perfumería, como un chorro de aroma limpio que emana sin tener
claridad del origen de sus notas. En notas medias persiste la idea de un
aromático limpio, desarrollándose más el petit grain en conjunto con
unos florales acuáticos frescos. Aparecen trazas de maderas muy ligeras,
de la familia del sándalo y un leve frescor alimonado que podría ser un
componente usado para resaltar la idea de ozono o aire limpio. Se
sienten unos pequeños puntos verdes que no calzan con la idea de
mediterráneos ni aromas de cocina, que pueden calzar con el mate que es
más de ahumado y menos alimonado que un té verde. Los florales alcanzan
su pleno en este punto, en estilo acuático como loto pero sin el dejo
amargo, y el hedione que es una molécula intensificadora de aromas (como
el glutamato monosódico en las comidas) hace que las flores y las
especies mínimas tipo nuez moscada destacen a nivel de estela, llegando
al límite de una fragancia marina mezclada con colonia clásica cítrica
elegante. En notas finales tiende a notas cítricas de colonia,
acercándose a un estilo parecido al CK One de Calvin Klein pero menos
frutal y más mesurado en los cítricos y las piñas, con una tendencia
algo verde herbal e incluso con una nota incipiente de salvia y maderas
frescas.
Al momento de su lanzamiento esta fragancia fue una de
las pioneras de un movimiento tendiente a fragancias frescas y limpias,
con incorporación de notas de ozono y sintéticos de aire limpio... en
este caso con el uso de un compuesto que realza los aromas en un
principio algo delicados y tenues para otorgarles mayor poder de estela,
aspecto que se desarrolla en 2/3 de la fragancia con aromas mínimos que
aparecen magnificados y sintiéndose como aromas desconocidos (es como
tener una hormiga del tamaño de un perro y alguien no pudiera describir
qué animal es, porque aprendió que las hormigas siempre son pequeñas).
El velo de frescura intensificado se siente veraniego, de diario y con
un estilo de aire libre o al menos de recuerdo de aire libre en
condiciones de encierro o de ciudad. En oficina vuelve a evocar la idea
de limpieza, con tendencia a estilos más clásicos entrando a la fase
media. Choca un poco con el estilo nocturno por el mismo principio de
frescura de día que tiene, tomando mejor cuerpo en las fases finales
como un semi formal. El giro en torno a la frescura juega en contra del
estilo romántico, donde atrae por ser limpio pero evita ensuciar la
mezcla aromática con notas sensuales más intensas o animales. Rango de
edad amplio, entre 25 y 60 años.
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