Este perfume del año 1990, uno de los productos masculinos más antiguos
de la casa Chanel todavía en producción después de Antaeus del 1981 y de
Pour Monsieur de 1955, tuvo su origen en una fragancia de venta
limitada sólo a boutiques de Chanel llamada "Bois Noir" de 1987, la cual
fue ajustada y puesta a la venta a nivel mundial con un fuerte énfasis
en publicidad, con el aroma no pudiendo conseguir un buen nivel de
ventas debido a su estructura atípica para la época inspirada en un
sándalo dominante y dando paso a la elaboración de una nueva fragancia
de corte más clásico y verde llamada "Platinum Égoïste" que fue lanzada
en 1993. El envase en su formato actual usa una botella de forma
rectangular relativamente estándar dentro de la línea masculina de
Chanel, con un vidrio transparente y un tapón negro que tiene
aproximadamente 2/3 del tamaño de la sección de vidrio y que incluye
pequeños tramados que recuerdan vetas de madera y que ya habían sido
usados en el envase de "Bois Noir". En el sitio de Chanel destacan a
grandes rasgos que las notas principales del perfume son: maderas
orientales, flores, frutos y especias.
En partida la fragancia presenta una combinación de aromas que incluye
una base amaderada con líneas de olivas similares a las presentes en
Must de Cartier pour Homme aunque aumentadas, con efectos mixtos
ligeramente metálicos derivado de la idea de olivas o aceitunas y que
comienza a presentar líneas de incienso que demoran unos 5 minutos en
evolucionar y que incluyen especiados concentrados de la familia de la
canela y el clavo de olor, agregando sobre los 10 minutos grupos
herbales oscuros con una nueva resina de aspecto untuoso y que se acerca
a aquilaria densa con un tinte de cáscara de limón al fondo seguido de
un picor en nariz más notorio con mentoles ligeros de alcanfor que
pueden causar ahogo o dolor de cabeza alrededor de 20 minutos después de
aplicado si se huelen de cerca por mucho tiempo, dando en este mismo
periodo y en una segunda prueba una aproximación muy cercana a Ormonde
Man de Ormonde Jayne sin tonos de aceitunas y de aspecto atractivo si se
aplica en forma muy mesurada y sin sobreponer más de 1 spray por zona.
En fase media a los 30 minutos la fragancia se inclina hacia un lado más
sucio y turbio, con mayor presencia de picores en nariz que provienen
de nuez moscada concentrada mezclada con sándalo y vetas metálicas
imprecisas afines al clavo de olor, mostrando una evolución que gira en
torno a una madera tipo aquilaria que vuelve a mostrar cercanías con
Ormonde Man aunque con un enfoque más restringido pero todavía profundo
que da la idea de un bloque de resina fragante y levemente dulce de la
familia del ládano y del franquincienso que crea una estela intensa y
por momentos intrusiva de comportamiento oscilante, matizado con picores
suaves de nuez moscada y pimienta negra a 1 hora de aplicado. A las 2
horas se sostiene un centro de resina dulce que rebaja las especies a un
acabado que recuerda cenizas de tabaco que van hacia madera de sándalo y
acabados de musgo sin abrirse a aires de bosque verde, teniendo
apariciones de vetas dulces que complementan al centro aromático que
tiende a mantenerse constante y que incluyen a miel y ládano a las 3
horas y a cruces de ámbar con tonka y madera de cedro a las 4 horas, con
el aroma adquiriendo a partir de este punto un enfoque aromático
mesurado no hiriente y con cierto grado de adicción al olerlo que sigue
un estilo de perfumería oriental que se acerca a la propuesta de
Méharées de L'Erbolario. Sobre las 6 horas el tono central de resina
sigue enriqueciéndose con nuevas notas secundarias, con vetas cercanas a
vetiver con tabaco que tienen un brillo muy breve de lavanda, con
nuevas evoluciones de especiados que incluyen tintes alimonados sucios
que parecen venir de tonka a las 8 horas, con parte de los especiados
dando impresiones de tallos de rosas de aspecto chiprés y de flores de
perfumería clásica previa a la década del ochenta a las 10 horas por el
lado de los claveles y las rosas oscuras, predominando un picor de nuez
moscada con canela y dulzores de vainilla y ámbar a las 12 horas. En
fase final a las 24 horas la fragancia sostiene un cuerpo de resina
fragante y profundo con inclinación a vetas más dulces y de aspecto más
cristalino con menos presencia de especiados, mostrando ocasionalmente
al fondo lo que parece ser una flor dulce de la familia de las rosas de
baja acidez en la prueba en papel con 1 sólo spray, y mostrando más
vetas verdes con inciensos oscuros y maderas secundarias dulces en la
versión con mayor cantidad de sprays por área.
La fragancia presenta un comportamiento muy variable de acuerdo a la
dosis aplicada, presentando un cuerpo de resinas dulces y adictivas
matizadas con especiados discretos al usar muy pocas cantidades,
alrededor de 2 sprays separados entre sí o usando una técnica de caminar
hacia una vaporización lanzada al aire, y variando a un aroma mas sucio
y denso con personalidad intrusiva al aumentar la dosis o reaplicar en
la misma zona, incluso dando cabida a una posible reformulación o
corrección del aroma por parte de Chanel si se consideran los
comentarios negativos que rodearon este perfume desde sus inicios y que
gatillaron la creación de Platinum Égoïste como nueva alternativa, con
el perfume pudiendo ser usado en situaciones de diario pero favoreciendo
escenarios invernales y sociales por encima del semiformal para contar
con un mejor potencial de uso, evitando un uso deportivo debido a la
densidad del aroma. En oficina la fragancia sigue una línea aromática
elegante y apegada a lineamientos laborales, pero que fácilmente puede
perder el control y volverse intrusivo y directamente molesto en
espacios mal ventilados si se exagera la cantidad aplicada, apuntando a
un vestuario formal tipo traje y corbata que equipara la elegancia del
aroma, aportando una imagen más dura y rígida con vestuario casual que
resta soltura y desplante, con un efecto memoria destacado al contar con
una combinación de estela muy intensa y una veta de resina adictiva y
profunda. En el caso nocturno el perfume se aleja de las líneas
adolescentes y de los ambientes informales tipo fiestas en disco,
teniendo cierto grado de afinidad con reuniones en pubs con humo de
cigarros pero mostrando un mejor potencial a nivel formal con un
desplante elegante y pulcro en cenas sociales, galas y matrimonios,
repitiendo una tendencia de noches frías donde la resina aporta un matiz
tibio acogedor. En lo romántico el perfume sigue una línea tradicional
que puede malinterpretarse como madura o paternal al alejarse de un
perfil juvenil, resultando atractivo y con rasgos sucios sensuales que
por momentos se acercan a los chiprés orientales femeninos de la década
del setenta y ochenta con un guiño a Opium de YSL, siempre apegado a una
dosis baja y evitando reaplicaciones, pudiendo causar rechazo o
destruyendo una ocasión especial incluso con pareja conocida si se usa
en exceso. Rango de edad entre 30 y 60 años.
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