Esta fragancia de mediados del 2012 es la primera aparición de un
perfume masculino de esta marca que no corresponde a una versión o
reedición de otro anterior desde Calvin Klein Man del 2007, con el aroma
apuntando al uso de notas oscuras de la familia de las resinas y
maderas con la incorporación de una nota extra de coñac, como una
interpretación moderna de los cánones de perfumería masculina. El envase
consiste en una botella de diseño recto que contiene referencias
diagonales asimétricas que se distinguen en el frente con un facetado
piramidal tipo gema con su vértice cargado a la izquierda y en el borde
de unión con el tapón transparente que también está inclinado,
recurriendo a un vidrio de tonalidad azul gris y un borde plateado al
medio. En el sitio de Calvin Klein establecen a grandes rasgos que la
composición aromática del perfume es: notas frescas, coñac y maderas
sensuales.
En partida la fragancia presenta una combinación de notas oscuras, con
una base cercana a incienso ahumado donde destaca una manzana que
produce el mismo efecto de humedad de DKNY Be Delicious pero mucho más
intenso, cruzándose con rasgos de licor y pachulí que dan una idea de
armario antiguo, cuero y ropa húmeda dentro de los primeros 5 minutos,
agregando tonos de fruta madura que se mueven en el rango de las
mandarinas y naranjas al alcanzar los 15 minutos. En fase media a 30
minutos el aroma mantiene a nivel dominante la nota de manzana,
conservando el aspecto húmedo pero acercándose al tono de licor de
manzana usado en The Secret de Antonio Banderas, gradualmente bajando en
intensidad hasta casi desaparecer a 1 hora del inicio, sosteniendo las
notas de base que se mantienen en resinas fragantes que se abren a
variantes de olíbano, aquilaria y franquincienso, con un dejo medicinal
de anís y bálsamo de tolú que se mezcla con cedro de bosque y repuntes
de la sección amarga de una cáscara de naranja. A las 2 horas el aroma
se simplifica centrándose en un grupo de resinas más lineal donde
destaca un ládano que se mezcla con cáscara de naranja, tomando mayor
presencia una línea de licor diferente a la manzana y que recuerda un
destilado aromático de la familia del coñac y el brandy, con fondos
vagos de terroso de cardamomo que aportan un picor ligero y líneas de
madera al cedro, con pequeñas variaciones de balance que conservan las
mismas notas y que rebajan la potencia del licor en favor de un
especiado con naranjas a las 4 horas, con las resinas cambiando a un
aspecto de frutal maduro que se confunde con un jabonoso. A las 6 horas
se siente un repunte de frutales que van primero por moras y luego hacia
ciruelas con naranjas, dando la idea de una sangría española al
combinarse con el aire de licor, aumentando un efecto metálico cercano a
jazmines y que se siente envuelto por resinas ahora más amaderadas,
sumando a las 8 horas un punto verde también frío de la familia de la
menta y que se aproxima a bayas de enebro. Al llegar a las 10 horas el
tono de resina baja en favor de un especiado dulce al anís que incorpora
madera de olivo y aceitunas en salmuera, agregando a las 12 horas
puntos de clavo de olor, canela y nuez moscada sobre madera húmeda,
volviendo a ascender las resinas en torno a ládano y alrededor de una
versión suavizada y algo sintética de aquilaria u olíbano. En fase final
a 24 horas el aroma se simplifica reduciendo el tono dominante y
volátil de licor que cambia hacia pachulí de bosques y que de paso
también absorbe la mayoría de las resinas, con un frutal de moras que
guarda cercanía con bayas de enebro y tonos de especiado que se acercan a
tallos de flores y en particular a una rosa por la línea de moras,
dando una sensación de chiprés al cardamomo con clavo y canela de los
años ochenta.
Por la combinación de notas que se mueve a nivel dominante en torno a
resinas inciensadas con licor, el perfume muestra una inclinación
marcada hacia un escenario de diario invernal, de corte serio y por
momentos trayendo recuerdos de la década del ochenta, alejándose de
situaciones deportivas en las cuales el aroma puede sentirse demasiado
denso y ahogante al transpirar y apuntando preferentemente hacia un
escenario social semiformal no casual. En oficina la fragancia presenta
líneas oscuras que dan una impresión reservada e independiente, ganando
un poco más de empatía a partir de su punto medio cuando se reduce el
efecto de licor pero en general mostrando tonos que se sienten agresivos
e intrusivos a corta distancia y que se alejan de un espíritu de
trabajo en equipo. En el escenario nocturno el perfume vuelve a
recuperar terreno apuntando hacia eventos reposados al aire libre en
invierno, con un estilo inciensado serio de corte semiformal un poco
nostálgico que puede malinterpretarse por el tono de licor con un exceso
de copas en ambientes más festivos. En lo romántico el perfume tiene un
comportamiento discutible, presentando grupos aromáticos que despiertan
curiosidad a distancia pero que a corta distancia toman un carácter más
agresivo e intimidante, funcionando mejor y de manera más segura como
una fragancia personal. Rango de edad entre 25 y 45 años.
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