Esta fragancia de mediados del 2012 establece un estilo más serio dentro
de la línea Boss que suele seguir un corte más elegante dentro de la
marca Hugo Boss, opuesto a las líneas más alegres de Boss Orange del
2009 y más cercano a lo planteado en la edición masculina de Boss
Bottled Night del 2010, con una propuesta de aroma de tendencia clásica
complementaria a una imagen correcta en un evento nocturno, equivalente
al uso de un vestido negro simple y bien diseñado que proyecta
autoconfianza y se ve apropiado y elegante en cualquier época. El envase
se apega a líneas sobrias con un frasco recto de vidrio negro sin
adornos con un tapón transparente y un borde dorado con la marca Boss
grabada, con pequeños puntos de elegancia tipo joya en el extremo
inclinado de la tapa y en los bordes facetados de la botella. En el
sitio Fragrances de Hugo Boss destacan las siguientes notas aromáticas:
duraznos, aldehídicos húmedos, violetas blancas, jazmines, musgo,
maderas blancas tibias y sándalo.
En partida la fragancia muestra un inicio centrado en florales
ligeramente alimonados que dan la idea de una fresia acompañada de un
segundo floral un poco más complejo pero impreciso, con evoluciones en
segundo plano de una rosa ligera que adquiere tonalidades más clásicas
por el lado del agua de rosas y las peonías, sin mostrar porciones
frutales en este punto y con insinuaciones de pétalos y tallos de flores
todavía bajas. En fase media a 30 minutos la mezcla se vuelve más
clásica bajando la fresia y cambiando el alimonado hacia un dejo de
frutales neutros que van por los duraznos y por este lado abriéndose a
gardenias, manteniendo una rosa con más cuerpo sin rasgos de acidez que
se mezcla con pétalos de jazmines y ásperos de claveles, aumentando la
sensación de duraznos mesurados por polvoso de jazmines a 1 hora,
momento en que se agregan también líneas adicionales tibias cercanas a
ámbar con musk y tonos de madera seca. A 2 horas la fragancia profundiza
las líneas secas en torno a madera agregando terrosos extras que
refuerzan la idea de tallos de rosas y arbustos rozando la idea de
verdes sin llegar a efectos de musgo de bosques húmedos, bajando a un
mínimo la carga frutal y conservando solo líneas tenues de jazmines que
vuelven a aportar una sensación más fresca a 2 horas y media moviéndose
en paralelo con las maderas secas, volviendo a mezclas florales clásicas
un poco ásperas a las 3 horas que son suavizadas por una base de ámbar
medianamente dulce que recuerda a miel ligera con polen de madreselvas,
repuntando a 4 horas hacia bases florales similares a los fondos de 5th
Avenue de Elizabeth Arden y de algunos perfumes de la década del noventa
dentro de un marco con efecto chiprés polvoso y áspero. Al llegar a las
6 horas el perfume mantiene un centro de jazmín que predomina y solapa
al resto de las notas florales, mostrando un ascenso del grupo dulce que
por un momento breve a las 8 horas da un tinte cremoso, retornando a
las 9 horas a líneas de madera que van en descenso privilegiando un tono
de evolución lenta que a 12 horas llega a un aroma de jazmín apagado
con madera de arbusto y tallos de flores, más un dulzor indefinido que
se inclina a frutales maduros. En fase final al alcanzar las 24 horas la
fragancia adquiere mayor brillo con retornos de alimonados que se
asocian a fresias y flores de azahar a nivel secundario y complementario
a las capas principales que mantienen un tono áspero aunque más frutal e
inclinado a efectos rojos de una peonía más dulce, con un polvoso
chiprés amaderado más bajo y ligero, dando la idea de porciones de una
fragancia de los años noventa en un formato más tenue.
La fragancia sigue un enfoque que por momentos trae recuerdos de
estructuras clásicas de los años noventa pero con un formato menos
profundo e intensidad más baja que los productos de esa época, dejando
en parte la duda de un aroma de estilo elegante y complejo nocturno y
acercándose más a un enfoque de diario atemporal de interiores, con
líneas florales ásperas cercanas a inviernos no fríos y una estela
mesurada que no molesta en verano, con un estilo algo rígido que se
aleja de actividades dinámicas o deportivas. En oficina el aroma
mantiene un estilo serio con poca chispa debido a la madera y los
florales polvosos, presentando a la vez un potencial de memorización
bajo excepto por la idea general de aroma cercano al chiprés, alineado
con un ambiente laboral semiformal pero siguiendo una orientación de
baja empatía entre colegas y bajo impacto en pasillos. En el caso
nocturno la fragancia saca potencial de las líneas amaderadas dentro de
un ámbito cerrado de ambientes limpios, lejano a fiestas informales y
dando una impresión de aroma simple en eventos más formales, dando en
este último caso sólo una impresión seria, quedando relegado por
descarte a cenas y reuniones semiformales de imagen pulcra. En lo
romántico la fragancia presenta puntos ásperos que no favorecen
intenciones seductoras o acogedoras, cayendo en una categoría de
perfumes de disfrute personal. Rango de edad entre 25 y 60 años.
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