El Eau Sauvage es una de las pocas fragancias masculinas antiguas de
Christian Dior que siguen en el mercado. Formulado por el año 1966,
sigue un estilo clásico pero no tan viejo como otras fragancias de la
misma época, debido a la incorporación de una nota floral sintetizada
del jazmín... con lo cual marcó un hito al ser uno de los primeros
perfumes en agregar una nota tradicionalmente femenina a una fragancia
masculina. En la actualidad ya es común que los perfumes de hombre
contengan notas de rosas, claveles o violetas.
Apenas aplicado en papel, las primeras notas que se sienten son de limón
bastante puro y natural... un poco en estilo de colonia tradicional
pero sin agregar en la fase de cabeza notas que parezcan antiguas. Se
siente otra nota aromática algo verde, que puede coincidir con una nota
de romero declarada en el sitio web de Dior. En notas medias por un
momento la fragancia da una nota verde antigua, en la línea del vetiver,
pero dura poco y la fragancia retoma una línea en torno al romero
(aunque por momentos parece albahaca). Aparecen notas levemente
resinosas pero todo en un tono suave y un vetiver tipo loción de afeitar
muy en el fondo. Hay una nota fresca que puede ser el "hedione" (un
sintético derivado del jazmín creado por la empresa Firmenich en 1959, y
por la cual el Eau Sauvage es famoso por ser pionero en la
incorporación de flores en fragancias masculinas) pero no se siente como
una flor ni menos como un jazmín característico en fragancias
femeninas... sin embargo puede estar produciendo el efecto de suavizado
del vetiver, el cual se mantiene muy en el fondo sin aflorar. Hacia el
final, en notas de base, se siente algo de ámbar o una resina suave más
vetiver de fondo, pero que afortunadamente nunca aflora ni se vuelve
dominante. Hay dejos florales, pero entremezclados y fusionados con las
otras notas.
Sorprende en notas de cabeza y medias que la fragancia tenga una
formulación de más de 40 años... afortunadamente el aroma tiende hacia
el limón y las hierbas aromáticas en lugar de notas dominantes
tradicionalmente antiguas como la lavanda, el vetiver puro y el mentol.
En su época pudo tener tonos vanguardistas, pero comparado con
fragancias actuales se siente más serio, como de oficina o para un uso
diario. Se siente atemporal, para verano o invierno pero sin ir a
ninguno de los dos extremos de fragancia tibia para épocas frías o un
agua refrescante para tiempos calurosos. Lamentablemente en un uso
nocturno actual ya no destaca mucho y por el lado romántico existe una
mejor oferta de fragancias que cubren este propósito. El rango de edad
es algo mayor, sobre 40 años, pensando en una imagen más madura que
compense la presencia clásica del perfume.
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