Esta fragancia corresponde a una de las dos variantes lanzadas al
mercado el año 2007 en torno a Dior Homme, tomando los ingredientes
básicos del original pero cambiando algunos matices para dar dos
ediciones diferentes: un Eau de Parfum más intenso y centrado en
características más florales del iris, y esta edición Cologne que repite
la misma nota característica de iris pero que agrega unas vetas
cítricas para dar una insinuación más fresca y ligera. En el sitio
oficial de Dior destacan que las notas principales del perfume son:
petit grain, iris y vetiver.
En partida la fragancia muestra la misma nota dominante de iris del
original, más seca que en la versión Parfum y sin llegar a expresarse
como un floral, dando la idea de un intermedio entre un aroma de
maquillaje, un talco seco y un poco de madera. La nota diferente ocurre a
los pocos minutos donde se distingue un alimonado puntual, no tan obvio
ni natural como en la versión Sport pero dando una idea breve de
limones o cítricos de colonia. La sensación es secundaria y al oler y
tratar de buscarla nuevamente vuelve a dominar el iris. En fase media el
cítrico es más notorio al aparecer a la par con el iris e incluso
aparecer los dos como una mezcla, con los tonos de iris suavizándose con
el alimonado, que ahora se acerca más a la idea de una bergamota que de
un limón. Esta sensación se mantiene por varias horas, principalmente
la de una nota polvosa que adquiere tonos frutosos, bajando los polvosos
a medida que se huele por más tiempo. En fase final aparece el vetiver
como una evolución natural de las fases anteriores al reunir
características de tonos de madera suave y puntos secos que se alinean
con el iris todavía presente, dando una sensación de final de loción
clásica mezclada con trazas de vainilla que compensan este tendencia con
un dejo polvoso dulce.
Si bien el aroma no se siente exactamente como una colonia veraniega en
la idea de su primo Dior Homme Sport, si se comprende como una versión
suavizada del Dior Homme Eau de Toilette pensado para aquellas personas
que no toleraban la evolución intensa y seca de la nota de iris hacia la
madera o vainilla invernal pero que todavía quieren seguir oliendo como
la fragancia original. Teniendo en cuenta este aspecto el perfume se
siente más grato para un uso de diario, incluso cotidiano en solitario,
de características invernales como su predecesor a nivel natural y algo
más veraniego en la línea de las fragancias maderosas secas de esta
época. Como aroma de oficina el iris produce menos choques y menos
confusión al integrarse con los cítricos y no dar tanto la impresión de
un olor a maquillaje o labial de mujer. Por el lado nocturno es más
ligero, algo informal para una fiesta de matrimonio en especial por el
final al vetiver, pero grato y apropiado para una cena social de corte
semiformal a informal. Por el lado romántico algunas notas atractivas
del original aparecen rebajadas aquí, perdiendo fuerza en este aspecto y
agregando la nota de vetiver más personal y menos sensual. Rango de
edad entre 30 y 60 años.

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